miércoles, 26 de noviembre de 2008

Temporal
















En pleno temporal de frío, esta mañana ha hecho sol. Y me he apresurado a salir al jardín con Menta. Ella, convertida en una perra-lámpara, se va trabando por todas partes, rayando las paredes, mordiendo las aristas de los muebles, desplazando las sillas, derribando adornos. No acaba de aprender a moverse con ese artilugio, pobre. Sin embargo, afuera, trota a sus anchas y apenas se engancha con nada. Yo disfruto viéndola correr y olisquear. Hacía tres semanas que no salía el sol. Lleva lloviendo tantos días, que tengo el corazón arrugado, macerado, mustio. ¡Qué hambre de luz!. Qué buen rato al socaire, cerrando los ojos y notando el calor del sol en la cara, aunque la atmósfera estuviese helada y húmeda. Luego, he comido un arroz con conejo y verduras, plato único, que ya os contaré cómo lo hago (tengo que ir revelando mis recetas). Y me he ido al trabajo. Hasta allí, a última hora, me llega la mala noticia. Pablo, nuestro veterinario, ha recibido ya el resultado de los análisis. Los tumores mamarios que le hemos quitado a Menta, han resultado ser de un tipo virulento e intratable. Con toda probabilidad, tendrá más en otros órganos. El viernes le quitarán los puntos y la "tulipa". Será una puesta en libertad. Lo celebraremos con unas salchichas de las buenas, que tanto le gustan. Y le daremos el consuelo de todas las rutinas perdidas. Volverá a dormirse en mi sofá expropiado, larga, roncando, sin dolor de pescuezo, querida, ignorante, feliz.